Son habilidades cada vez más demandas que pueden marcar tu desarrollo profesional (y personal). Hablo de las soft skills o habilidades blandas. Todos sabemos de la importancia de formarnos y acumular experiencia para que el mercado laboral nos tenga en cuenta. Pero con eso ya no es suficiente.
Ahora también nuestra actitud, personalidad, destrezas, carácter, talentos… Son claves. En definitiva, además de nuestros conocimientos y experiencia, nuestras habilidades blandas determinan también el desarrollo y éxito de nuestros proyectos.
Veamos en qué consisten las soft skills, cuáles son las más demandadas y cómo trabajarlas o potenciarlas.
¿Qué son las soft skills?
Las soft skills o habilidades blandas son esas características relativas a nuestra personalidad que pueden llegar a tener un impacto positivo en nuestro trabajo o actividad profesional.
Hablo de valores, habilidades sociales y comunicativas, sensibilidades (desde la empatía a cualquier tipo de inclinación artística), mentalidad e incluso maneras de tomarse la vida que nos capacitan más para desempeñar una labor.
Por eso, cada vez son más las empresas que, además del currículum o de tu perfil profesional en LinkedIn, tienen en cuenta las habilidades blandas a la hora de contratar personal.
A menudo, estas cualidades marcan la diferencia entre un empleado que cumplirá con su trabajo, pero del que no podemos esperar mucho más, y otro excelente y con potencial que desarrollar, que de verdad se identifique con la empresa y que contribuya al éxito y crecimiento de la misma.
Soft skills vs. hard skills, ¿en qué se diferencian?
Las hard skills son aquellos conocimientos o aptitudes que has adquirido mediante la formación y el ejercicio de tu profesión.
En este grupo entran los idiomas que sabes, los estudios y títulos que posees, tu experiencia laboral, las herramientas y aplicaciones que dominas, que sepas mecanografía o conducir un camión, etc.
Estas habilidades duras se pueden medir, además de enseñar y aprender a través del estudio o la práctica.
Por el contrario, las soft skills no son fáciles de cuantificar ni tampoco se enseñan o se aprenden a través del estudio, sino que son innatas en nosotros. No obstante, sí que podemos desarrollarlas y entrenarlas haciendo un trabajo personal.
¿Cuáles son las soft skills o habilidades blandas más demandadas?
En un mundo que, cada vez más, tiende a valerse de maquinaria e inteligencia artificial para automatizar el trabajo, las soft skills más codiciadas son aquellas qué ningún ordenador o máquina pueden suplir (al menos, de momento).
1. Capacidad de liderazgo
Tal vez tengas gente muy talentosa en tu plantilla.
Sin embargo, sería fácil desaprovechar su potencial si no cuentas también con quien sepa cómo organizar, dirigir y motivar al resto para que todos den lo mejor de sí.
Vamos, que necesitas a alguien con madera de líder que ponga a todo el equipo a remar en la misma dirección para, juntos, alcanzar con éxito los objetivos de la empresa.
2. Don de gentes
Alguien con un carácter afable que sabe cómo tratar con la gente, caer simpático y suscitar confianza es un buen partido para un negocio.
Por una parte, los clientes apreciarán su trato y eso los predispondrá a comprar o a establecer un mayor vínculo con la empresa.
Por la otra, estas personas favorecen un buen ambiente laboral, ya que acostumbran a llevarse bien con sus compañeros y a facilitar el trabajo en equipo.
En ambos casos, lo más probable es que también se les dé bien gestionar los conflictos que puedan surgir.
3. Habilidades comunicativas
No es fácil para todo el mundo dar con las palabras idóneas para transmitir un mensaje o hacer que los demás se sientan comprendidos.
Saber comunicar bien ahorra conflictos, resulta persuasivo y le hace mucho bien a la imagen que das como marca. Por esta razón, te conviene contar con buenos comunicadores en tu equipo.
Algunas habilidades comunicativas destacables son el storytelling y el saber hablar en público.
4. Creatividad
¿Temes que tu empresa se estanque? ¿Te roban mucha energía los pequeños (y grandes) problemas que afectan a tu negocio?
¿No siempre sabes cómo enfrentar los retos que se le plantean?
Rodéate de gente creativa: siempre aportará soluciones ingeniosas e ideas innovadoras que te ayuden a crecer.
5. Pensamiento crítico
Hablando de resolver problemas: el primer paso para conseguirlo es identificar qué los causa.
El segundo, ser capaz de valorar las distintas opciones para abordarlos con objetividad y buenos argumentos. Para ambas cosas, es imprescindible tener un pensamiento crítico.
6. Buena organización
Para que las horas que pagas al personal de tu empresa te resulten realmente rentables, este debe ser productivo.
La productividad de tus empleados pasa porque sepan gestionar el tiempo en su día a día y priorizar las tareas que les corresponden, dedicándole a cada una exactamente el tiempo que necesita.
7. Capacidad para gestionar el estrés
Es muy positivo contar con personas que gestionen bien sus emociones en general.
Pero en el caso del estrés, es especialmente importante dar con aquellas que no sucumban a él en los momentos difíciles.
Saber sobreponerse al estrés en situaciones que requieren mantener la mente fría, para así superarlas satisfactoriamente, es una soft skill muy valorada por los mejores empresarios.
8. Resiliencia
Muy relacionada con la habilidad anterior.
Tolerar la frustración y conseguir rehacerse ante los pequeños fracasos y adversidades es imprescindible para que una persona pueda mejorar y desarrollarse en su trabajo.
9. Buena actitud
En el trabajo, como en la vida, tener una actitud positiva y mostrarse abierta, flexible y con ganas es la principal cualidad que una persona debe tener para desarrollar todas las demás, además de para aprender también las habilidades duras.
¿Cómo trabajar las soft skills?
Recordemos: las habilidades blandas tienen que ver con la personalidad.
Por lo tanto, cada uno de nosotros viene con unas u otras de estas habilidades blandas “de fábrica”.
Dicho esto, por supuesto que podemos tanto potenciar aquellas con las que ya contamos como desarrollar las que, en principio, no forman parte de nosotros.
Te doy algunas ideas de cómo hacerlo.
1. Formación
Cierto, las soft skills no se aprenden en la escuela ni en la universidad.
Pero sí existen talleres (tanto presenciales como Online) donde se dan técnicas o se plantean ejercicios que nos ayudan a “despertarlas” en nosotros y a ponerlas en práctica.
Juegos de rol o programas de realidad virtual que recrean distintas situaciones que puedan darse en el trabajo, sesiones individuales con un coach, actividades en grupo…
Cuentas con muchas opciones para ayudar a tu personal a integrar las habilidades blandas que van a beneficiarle a él y también a tu negocio.
2. Colaboración
Las personas inteligentes no ven a quienes poseen aptitudes de las que ellos carecen como una amenaza. Todo lo contrario: encuentran en estos la oportunidad de adquirirlas.
Trabajar codo con codo con compañeros que tienen soft skills diferentes a las nuestras nos permite fijarnos en cómo las despliegan y tomar nota.
Así que ya sabes: contrata a personas inteligentes y humildes, dispuestas a cooperar con los demás, y que sepan reconocer las ventajas que el trabajo en equipo les puede aportar.
3. Un buen feedback
No se trata tan solo de supervisar a los empleados y valorar los resultados de su trabajo.
Para ayudar a los miembros de tu equipo a potenciar sus puntos fuertes y corregir los débiles, es necesario animarlos a expresarse siempre con total libertad y escuchar sus explicaciones y puntos de vista.
Así podremos detectar posibles problemas, encontrar la manera de solucionarlos y guiar bien a nuestro personal para que evolucione.
4. Repartir responsabilidades adicionales
Es interesante que pidas a quienes trabajan para ti que, además de ocuparse de las propias de su puesto, se responsabilicen también de otras pequeñas tareas: hacer la presentación de un proyecto, elaborar un informe, etc.
Conclusión
Gran parte del éxito de una empresa depende del potencial que tengan las personas que trabajan en ella.
Sabemos que el trabajador ideal no únicamente tiene la formación y la experiencia que requiere su puesto. También posee unas características personales que van a ayudarlo a crecer dentro del negocio y, a su vez, a contribuir a que el proyecto crezca.
Las soft skills se han convertido en ese plus necesario para las empresas que, a día de hoy, únicamente podemos aportar las personas, no ninguna máquina ni software.
Merece la pena, pues, darles la importancia que tienen y rodearnos de gente que cuente con las indicadas para nuestro negocio o ayudar a nuestro equipo a desarrollarlas.
¿Te atreves a compartir alguna soft skills que poseas? ¿Cuál piensas que deberías desarrollar?
Te leo en los comentarios.
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